Segunda Invasión Callejera
Estos días el puerto ha estado estremecido, inquieto y muy agitado...
Aquella brisa que traspasa, haciendo una grata compañía en las cálidas tardes de ardiente sol venía desde algún tiempo arisca y algo temperamental. Ya me preguntaba qué sucedía, ya me extrañaba que mi siempre complaciente Valparaíso agresivo se comportara como que queriendo arrancar de sí las hojas, personas... la misma tierra estremecíase también...
Luego me quedé enraizada allí en medio de la muchedumbre, de las bocinas, de la basura en el aire y confundí ya la estática del movimiento fundiéndose entre mi parpadear y el andar.
Ya ahí, -en nada-como muy de costumbre por estos días; no fue el viento lo que me despabiló, no... no, fue un sopletón pero no de aire esta vez, fue el mismo ruido que detesto de la ciudad, el que estiró en mi cara desganada una traviesa sonrisa, estiró mis párpados y exaltó mis ojos (que por cierto de azules-verdes poco tienen) y dejó entre ver nuevamente aquella caricatura que me caracteriza...
La caricatura y no-yo estábamos contentas, expectantes y muy emocionadas, evaporando tontas risas de esas que abundan en nosotras, estábamos y estuvimos -sí, rígidas- con una respiración apretada vislumbrando y escuchando una y otra vez :
-Lunes 13 de diciembre invasión callejera por la liberación de espacios públicos, ya no sé cuantas veces fueron pero no menos de unas 10 cuando comencé a sentir que sí eran las necesarias, pero no hasta 15, hasta que quedó en mi : Plaza victoria, liberación de los espacios públicos para que dejara brincar minimamente (para que ellos no notaran lo tardío del avance que existe entre la felicidad o creo bien la condensación de aquello que me sacia), y nada como aquello, nada como ver la intromisión de lo que yo llamo vida.
http://www.invasioncallejera.cl
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